Dear Ign4ci0:



Queridísimo Ignacio:

Después de un exhaustivo y democrático consenso entre mis lectores y yo (una tarea ardua, considerando lo absolutamente irrelevante que eres), hemos llegado a la conclusión de que no importa lo que hagas, digas o escribas: tu nefasta existencia nos resulta, en el mejor de los casos, hilarante y, en el peor, un leve cosquilleo de desagrado.

Te extiendo una cordial y enfática invitación a que, por favor, sigas brillando por tu ausencia en todos los ámbitos posibles: terrenales, espirituales, paralelos, astrales o en cualquiera donde tengas la audacia de intentar figurar. No te confundas, no es que seas memorable; más bien, eres como ese mal café que olvidaste sobre la mesa: completamente prescindible, pero ocasionalmente útil para inspirar alguna anécdota mediocre.

De hecho, el único propósito que has cumplido (y de forma bastante patética, hay que decirlo) es el de alimentar este pequeño rincón de escritura en mi humilde y nada ostentoso blog, donde tu recuerdo sirve como un recurso tragicómico para mis ejercicios literarios. Te doy las gracias por eso, pero no te emociones demasiado; las cosas desechables no suelen generar apego.

Con todo el sarcasmo que te mereces, una escritora ocupando su tiempo mucho mejor que tú.

Cariños 💋


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